La tarde de la impresora
Editado a las 06:36 del 2003-12-22
Finalmente, el Sábado pasado me decidí a comprar la impresora Epson más barata que hubiera en el mercado. Consultando en Internet descubrí que la más barata es la Epson C44 Plus, y según LinuxPrinting los modelos de la serie C4x funcionan sin grandes problemas. Del resto de marcas, HP y Canon no parecen tener tan buen soporte -es decir, algunas impresoras sí que funcionan y otras parecen tener algunas peguillas-. Lo que era curioso era ver en las listas de correo como todo el mundo se refiere a las Lexmark como mierda y pisapapeles.Pero, ¡o no soy tonto! Y vivo en Alcorcón, o sea que tengo a tiro de Metrosur uno de los complejos comerciales más alucinantes de España, el Parque Oeste, que es todo un conglomerado de naves dedicadas a albergar macrotiendas. Ahí tenemos a Leroy-Merlin, ahí tenemos a MediaMarkt, ahí tenemos a Decathlon, Urende, y un poco perdido más allá está como acogotado el mismísmio Alcampo. Todo ello, por supuesto, aderezado por diversos restaurantes franquiciados, desde el inevitable Vips (y su inevitable compañero Gino's) hasta el Buffalo Grill, Bocatta, etc... Vamos, todo un "centro de ocio" para esas largas mañanas de Domingo.
La cuestión es que vivir tan cerca de este entorno comercial me hizo caer en la tentación de pasarme toda la tarde visitando tiendas hasta encontrar la que tuviese la susodicha impresora con el precio más bajo. Y allá que me fuí yo cargado con mi Zire (para anotar los precios de cada tienda, claro) rumbo al Parque Oeste, a echar la tarde.
Se preguntará el lector avispado que qué opina mi significant other de pasar la tarden en un entretenimiento tan friqui. Pues bien, la respuesta es que mi significant other estaba en esos momentos llegando a Granada y yo me encontraba aburrido como yo mismo en una tarde de Sábado tras haberme pasado toda la mañana dando tumbos por Madrid.
En resumen, hice el gilipollas. Porque si bien en el caso de los electrodomésticos es un infierno comparar y cotejar las diferentes marcas, precios, prestaciones, modelos, formas, acabados, potencias, consumos, eficiencias y todo lo que se tercie, en el caso de las impresoras la cosa está más que mascada. Hay cuatro marcas, a saber, Epson, HP, Canon y Lexmark. Cada marca tiene un único modelo en un determinado rango de precios. Por ejemplo, en el entorno de los 60¤ tenemos la Epson C44 Plus, la HP 3550, y Lexmark tiene... bueno, Lexmark no entra en la categoría "impresoras", ya sabéis. O sea, que todo el paseo por Boulanger, Urende, Mediamarkt y Alcampo terminó haciéndome ver que en todas estas tiendas el precio es el mismo en todos los modelos de impresoras. Claro que pensándolo en frío, viene a ser normal: son líneas de productos poco amplias y los márgenes son estrechos, así que supongo que no hay forma de vender más barato de eso. Bueno, más barato sí. Menaje del Hogar vendía la impresora ¡a 58¤!. Vana ilusión, porque al acercarme comprobé que eran 58.99¤. Como me niego a comprar en un chiringuito en cuya entrada hay pintado en el suelo un cartel que dice "ESTA EMPRESA ES ESPAÑOLA" y donde más parece uno estar en el Gran Bazar de Estambul que en una tienda de electrodomésticos, decidí seguir la búsqueda, para al final decidirme a comprar la impresora, no sin cierto cansancio, en Alcampo, donde tiene la ventaja de que tienen un gran surtido y pude coger la caja que menos abolladuras tenía.
Ah, ¿que por qué hice el gilipollas? Pues porque aparte de no ahorrarme ni un puñetero euro en el negocio -podría haberlo comprado en una tienda Beep que hay en la misma Avenida de La Libertad en Alcorcón y ahorrarme perder media tarde- resulta que lo compré en Alcampo, que resulta estar en la otra punta del polígono, con lo que me tuve que dar una caminata con la impresora a cuestas. Y vaya, no pesará como un monitor, pero cansar sí que cansa.
Descubrí que los tacaños de Epson se han ahorrado meter en el pack el cable USB de conexión, pero reciclé el cable de la Lexmark (posiblemente lo que mejor funcionase de esa impresora) y sin problemas. Sospeché que tal vez tendría que actualizar, o -peor aún- compilar la última versión de una cosa llamada 'foomatic' (cuyo nombre ya impresiona de por sí). Pero no. Llegar, enchufar, cargar la tinta e imprimir. Menos mal.