Editado a las 08:49 del 2005-10-27
Pues sí, para dentro de unas 60 horas Beatrizia y yo daremos nuestros primeros pasos sobre las calles de
Nueva York, en una obligadamente breve visita de 3 días. Nuestro periplo estadounidense nos llevará además a las más húmedas tierras de Nueva Inglaterra, donde nos aguardan temperaturas máximas de 18 grados.
En todo caso, me estoy informando, oh sí. Basta echar un vistazo a un plano de la Gran Manzana para darse cuenta de la peculiar disposición cuadriculada de las calles (a excepción de Broadway). En
esta historia (donde además nos hablan de los orígenes de la ciudad) nos cuentan que, allá por 1811, las autoridades del estado ordenaron que el espacio urbano se ordenase mediante la popular cuadrícula. La cultura popular viene a decir que las avenidas se disponen de norte a sur, mientras que las calles van de este a oeste, pero basta con echarle un vistazo a un mapa de los muchos que abundan por Internet para ver que no es exactamente así, sino que parecen ir algo inclinadas.
Y aquí es donde entra la parte
friqui de esta historia, porque
Charles Petzold (cuyos trabajos son de obligado conocimiento para todo desarrollador Windows que se precie)
ha calculado con no poca precisión la desviación que tienen las avenidas de Manhattan con respecto al eje geográfico norte-sur (para ver el resultado, visitad la página).
Y además, para que todo sea más "Web 2.0", lo ha hecho usando (¡cómo no!) el API de Google Maps.
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Epaminondas Pantulis y Beatrizia llegan a la aduana de NYsesabedónde. Toda la conversación transcurre en inglés, salvo algunos fragmentos marcados con *
Aduanero: ¿Y ustedes son españoles?
Epaminondas: Está usted en lo cierto, señor funcionario.
Aduanero: Pero usted se llama Epaminondas, ¿no? Eso es griego.
Epaminondas: Bueno, es una larga historia. Se la contaría, pero Beatrizia la ha oído ya 1000 veces, y se dormiría.
Aduanero: ¿Beatrizia? Italiana, ¿no?
Beatrizia: No, española, como Epaminondas.
Aduanero: Mmm, no sé, no sé.
Epaminondas: No tiene más que ver los pasaportes.
Aduanero: ¿Estos son sus pasaportes? No tienen la cosa esa nueva que tienen que tener.
Epaminondas: ¿Se refiere al RFID?
Aduanero: No, me refiero a la cosa esa nueva que tienen que tener. Eso que hace que se puedan leer a distancia con una máquina --el hombre señala un aparato.
Beatrizia: Déjalo, ¿no ves que el hombre no sabe dónde tiene la cara? *
Aduanero: ¿Qué dice la señorita?
Epaminondas: Que nuestros pasaportes no tienen de eso. Venimos de España.
Aduanero: A mí no me importa la ciudad de donde venga. En todas partes tenemos la cosa esa, y ustedes no me van a engañar.
Epaminondas: España no es una ciudad, es un país.
Aduanero: ¿Un país...? ¿Se refiere a un estado de Méjico?
Beatrizia: Déjame que la parta la cara *
Epaminondas: Diplomacia, diplomacia... déjame que se la parta yo *
Aduanero: ¿Qué hablan ustedes? --pregunta mientras se lleva la mano al arma reglamentaria.
Epaminondas: Mire... venimos en son de paz. Somos enviados de una organización llamada "La blogosfera". Estamos en misión secreta para proteger al mundo de una terrible amenaza...
Beatrizia: ¡Fantasma!
Epaminondas: ... eso es --pensándolo mejor, añade--. ¿Su recuento de midiclorianos es grande o pequeño?
Aduanero: ¿Recuento de qué?
Beatrizia: Ahí le has dao. Sigue, Epa *
Epaminondas: Tiene usted mala cara. Espere, le ayudaré --aplica presión con los dedos en un punto medio entre el cuello y el hombro del aduanero, y éste cae inconsciente.
Beatrizia: ¡Lo has conseguido! *
Epaminondas: Ya está. ¡Vámonos, antes de que nos pregunten más cosas! *
Epaminondas Pantulis y Beatrizia salen corriendo, ante la mirada aterrada de pandilleros con navajas, mafiosos pistoleros, salteadores, funcionarios, pasajeros de a pie y demás fauna aeroportuaria. Una señora gorda con una maleta asegurada con cinturones dice:
Señora: ¡Yo quiero lo mismo que ha tomado ella!
La imagen apunta a Epaminondas y Beatrizia mientras corren, haciendo un efecto túnel lentamente, hasta que la pantalla queda totalmente oscura.
FINE
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