iPad, amenaza y bendición
Editado a las 17:28 del 2010-01-31
Como cualquiera sabe ya a estas alturas la semana pasada Steve hizo otra de sus puestas en escena para presentar al mundo su última criatura, el iPad. Del aparato cabe decir que, a pesar de sus limitaciones evidentes (¿no hay webcam, ni USB, ni ranura SD?) marca con claridad el camino a seguir por el resto de fabricantes (especialmente Amazon cuyo Kindle, como notaba Furilo, ha envejecido quince años). La programación para dispositivos multi-touch va a popularizarse y, de cara a los desarrolladores, es un campo a explorar para los que quieran ampliar sus horizontes profesionales. Porque todo esto gira alrededor de los desarrolladores y Steve Jobs lo sabe bien: por eso remarcó durante su discurso las claras los 3000 millones de descargas de aplicaciones en la AppStore.Ahora bien, la AppStore es el jardín vallado ideal para que Apple pueda ejercer un férreo control sobre qué se ejecuta y qué no en la plataforma. Si Apple lo estima conveniente una aplicación puede desaparecer de la galaxia AppStore o, peor aún, quedarse directamente fuera: Adobe lo está sufriendo en sus carnes con la terca insistencia de Apple en negarse a permitir el plugin de Flash (a pesar de los poderosos motivos para incluirlo)
Hay mucha gente que, lógicamente, no está conforme con esta situación. Algunos, como la FSF, no aceptan plataformas basadas en DRM, mientras que Dave Winer, ve el iPad como un caramelo nocivo para la industria del software (Winer no niega,la importancia del iPad como punta de lanza de una nueva generación de gadgets)
No hay que ser un lince para darse cuenta de que se avecina una nueva guerra, como en su momento fueron las guerras Windows vs OS/2, Netscape vs Internet Explorer. Indudablemente Google no va a dejar pasar mucho tiempo hasta presentar rivales del iPad impulsados por Android. Google exhibirá, como siempre, una excelente plataforma de desarrollo, servcios basados en su omnipresente nube y por supuesto todo bajo una licencia libre. Apple usará su control absoluto para presentar una experiencia de usuario inigualable que haga que utilizar uno de estos aparatos sea tan complicado y poco dado a problemas como manejar una tostadora hasta por el más zote que les ponga los dedos encima.
¿Habrá otros rivales? No lo creo. Windows Mobile de Microsoft tiene demasiado terreno que recuperar y fabricantes de hardware y desarrolladores a los que convencer de que es mejor compañero de viaje que Google. Nokia se encuentra en estado de shock, Palm difícilmente saldrá de los apuros que tiene y Amazon bastante tendrá con luchar para por el mercado de eBooks en el que ha irrumpido Apple.
Como desarrolladores nos vemos en una tesitura poco agradable. Cualquiera sabe que programar para una plataforma nueva supone un considerable esfuerzo hasta poder conseguir el nivel necesario para poner aplicaciones en producción. Android nos llevaría a un entorno Java mientras que programar para iPhone/iPad supondría adentrarnos en el mundo Objective-C y Cocoa Touch sobre XCode. Apostar por la tecnología perdedora nos podría hacer pasar problemas...
Mi opinión es que, al igual que con las guerras Unix de hace unas décadas no va a haber un vencedor claro pero sí que va a haber un montón de bajas. Conviene ubicarse en una posición lo más neutral posible o, dicho de otra manera, apostar por una tecnología lo más neutra posible y que nos permita decantarnos por uno u otro bando según convenga.
Dicha tecnología existe: es HTML5, y es la base para la visión optimista que nos presentaba el otro día Yehuda Katz (para quienes no lo sepan, Yehuda Katz es uno de mis héroes, responsable de la mayor parte de la fusión de Merb con Ruby on Rails, tarea titánica que dura más de un año. Con los ciclos de CPU que le quedan, a Yehuda le basta para ser también miembro del equipo de desarrollo de jQuery).
Según Yehuda (y otros) el iPad, además de la oscura vertiente propietaria tiene un lado luminoso, que es ni más ni menos que Safari. Y yo me permito añadir que Google tiene su equivalente en Chrome. Navegadores muy capaces, soportando los últimos estándares del desarrollo web. La lista no es corta: tipografías descargables, animaciones CSS, persistencia local de datos a través de Javascript, gestos, geolocalización... y todo mediante tecnologías abiertas. Y están (o estarán) ahí, en el iPhone, en el iPad, en Android.
La prueba del nueve nos la da, precisamente, el rival Google metiéndole el dedo en el ojo a Apple: ¿No me dejas estar en tu AppStore? me llevo la aplicación a la web.
¿Alguien necesita más?