¿El PC doméstico del futuro, hoy?
Editado a las 20:33 del 2003-03-31
Los fabricantes de PCs destinados al mercado doméstico le vienen dando últimamente muchas vueltas a la idea del "PC para el hogar". La idea es que el PC sea el centro de ocio del hogar, tanto para música, como para jugar, como para ver cine, como para jugar. Los PCs se convierten en consolas y las consolas se convierten en PCs, y todos ganan.No es raro ver diseños como las nuevas placas VIA ITX, pensados para ser empotrados en pequeños cubos metálicos con procesadores que no necesitan más que un disipador convencional -el C3-. O las fulgurantes y relucientes cajas negras, como la Antec Sonata, con un acabado de color "negro piano". Los monitores planos añaden un 'look' sofisticado y cada vez es más atrayente la idea de tener un PC en el salón de casa.
¿Es eso todo? Pues no. Porque, por mucho que digan, aún quedan AÑOS hasta que uno
pueda poner un PC medianamente cargado en el salón y quedarse tan tranquilo.
En primer lugar, el ruido, mi eterna pesadilla (reconozco que el VIA C3 es una apuesta prometedora). No hay forma de ver una película que no sea atronadora en un PC sin estar continuamente oyendo el machacón zumbido de los ventiladores (CPU y fuente de alimentación). Para colmo de males, los nuevos discos duros de 7200 RPM (ya no hay forma de hacerse con uno 5400 vueltas) son bastante aficionados a recalentarse y se recomienda usar más ventiladores (sobre todo en verano). Y si algo hay que temer más que a una fritura de la CPU, es a la lenta cocción de un disco duro con sus datos.
Pero hay otra cosa aún peor -el problema del ruido lo tengo resuelto gracias a los ventiladores Zalman-. Es el lío de cables asociado a todo ordenador. Vale, de acuerdo, para ver un par de pelis en DVD o DivX basta con un teclado, un ratón, el monitor y un cable a la TV. En casa ayer me entretuve en la odiosa tarea de limpiar los cuartos traseros del ordenador: es sorprendente la cantidad de mierda que se acumula en forma, por supuesto, de simpáticas pelusas que empiezan al cabo de semanas a parecerse a seres vivos (juraría distinguir a las pelusas madre con sus camadas de crías)
A ver, ¿y cuántos cables tengo yo en mi ordenador? Empecemos. Tenemos la alimentación de la CPU. El teclado. El ratón. La impresora. El módem (es el dispositivo Rey, con tres cables: la línea, el cable serie y la alimentación). El teléfono inalámbrico (alimentación y línea). La impresora (dos, alimentación y el cable paralelo). La alimentación del sistema de altavoces. Los cables de los dos altavoces satélites. Y ahora comienza la pesadilla del sonido: el cable optico al sistema de altavoces. La salida de linea -que va a los altavoces del monitor y que uso para enchufar los auriculares-, la entrada de línea -que va al sinte- y la entrada de micrófono -que viene de una toma frontal que hay en el monitor-. La capturadora de TV necesita el cable coaxial, tiene un cable para el mando a distancia y una conexión que enchufo a la entrada de micro cuando veo el Canal Plus. El sintetizador en rack (un Roland JV-1010) tiene, además, un cable MIDI que va al otro puerto serie del PC, y otro cable de alimentación. Si quiero enchufar el teclado MIDI para tocar son dos cables más, el de alimentación y un cable MIDI que va al conector de la SoundBlaster. Ah, y no nos olvidemos de la webcam. Por fin, si me da por ponerme a escanear fotos, tengo dos cables más: uno de alimentación y otro USB. Para poder conectarlo todo -¡al mismo enchufe de la pared!- necesito dos regletas más -o sea, dos cables más-.
En total, y si no he contado mal y no me dejo nada en el tintero son 30 cables colgando por detrás del ordenador, por supuesto más enmarañados que una ristra de luces navideñas.
¿En qué salón de qué casa va uno a meter semejante engendro? ¡¡PCs inalámbricos YA!!