Pesadillas con los módulos de RAM.
Editado a las 07:00 del 2003-05-22
Las ampliaciones de memoria son probablemente una de las operaciones más sencillas de hacer sobre un ordenador y las que, en caso de complicarse, presentan los enigmas más indescifrables.En realidad nada tiene por qué ir mal. Basta con apagar el PC, abrir la carcasa (bueno, en mi PC no hace falta, porque ahora en verano lo tengo abierto: a fin de cuentas está entre la mesa y la pared y no se vé) y enchufar el módulo, que es a prueba de megatorpes y sólo tiene una posición; si encaja, está bien. Si no encaja, es que lo has puesto mal. O que no lo has llegado a poner bien, mejor dicho.
Este es el caso bueno. El malo viene ahora, que es lo que me ha pasado a mí.
He comprado en mi tienda-sótano habitual un módulo de RAM de 512 Mb DDR 333 por la gangosa cantidad de 44 EUR + IVA. No está mal, si hace un año un módulo de 256 Mb DDR 266 me costó unos 70 EUR + IVA. El problema es que, tras pinchar el módulo nuevo, y pensar que dispondría de unos flamantes 768 Mb de RAM total, me encuentro con que Windows XP marca 256 Megas nada más. Como si la ampliación no la hubiese pinchado. Vaya... ¿será cosa del simpático XP? No; la BIOS también informa de que sólo ve 256 megas.
Pruebo a pinchar el módulo de 512 Megas el solito y ... ¡voilà! ¡512 Megas! Sospecho, en ese instante, que estoy ante un Expediente X. Tras hacer bastantes pruebas, descubro que, no importa como ponga los módulos de memoria, el módulo que ponga en el primer slot de RAM de la placa base oculta al otro. Entiendo que, si la placa base decide que la memoria va a correr a 333 MHz -el módulo nuevo-, no detecte el módulo antiguo que sólo puede funcionar más lento. Pero, ¿por qué no es capaz de hacer que el más rápido funcione más despacio?
En fin, he decidido no darle más vueltas: estas cosas son así y me está bien empleado por comprar memorias marca El Coreano Sonriente. He metido el módulo viejo de 256 Megas en el cajón. Pronto me olvidaré de él.
¿Tendría estos problemas con un Mac...? ¿y si...?