Me voy para Málaga
Editado a las 01:01 del 2003-05-31
Pues sí. Y la verdad es que creo que hacía bastante tiempo que no sentía tan imperiosala necesidad de huir de Madrid. No es que haga mucho que bajé al Sur, sino que esta semana
ha sido especialmente difícil. Mis seguidores blogalitas posiblemente se habrán percatado
de que últimamente he estado menos activo que de costumbre -y no soy precisamente el más
activo de los blogalitas-.
La razón, como casi siempre en estos casos, es el trabajo. No ha sido una semana muy
fructífera: tras un período de casi inactividad (lo cual en estos tiempos que corren
no deja de ser inquietante) estoy pasando por una etapa de múltiples marrones y, para
mi horror, he constatado que mi músculatura informática está bastante oxidada; he
caído en errores que si bien no son de principiante no deberían ser tolerables en un
desarrollador con casi cinco años de experiencia programando en C++. Así, he acabado
la semana con un regusto muy amargo y con mi opinión acerca de las virtudes
del desarrollo orientado a objetos bastante tocada -tal vez algún día elabore
esto un poco más-.
Como he dicho, no hace tanto que estuve en Málaga (tal vez mes y medio) pero sí que hace
bastante más tiempo que no hago el viaje en solitario; mi otra mitad ya debe de estar
en un somnoliento viaje hacia Granada. Tal vez esté llegando ya al mítico Casa Marcos.
El viajar a solas me hace reflexionar sobre mis cosas, sobre los últimos acontecimientos y
sobre los que están a punto de empezar (¿acaso no es inquietante el tener que
abordar en breve la compra de un piso en Madrid?). En el Talgo siempre hay tiempo
para quedarse a solas con uno mismo.
